Perro-tips: La importancia de tener un líder en casa

    

     Los perros son animales de manada, y en las manadas todo debe funcionar bien o de lo contrario, sus miembros corren peligro de morir. Podríamos pensar que esa afirmación ha dejado de ser cierta ya que, puesto que nuestro perro vive en casa, no tiene necesidad de cazar o pelear para sobrevivir. Lo cierto es que tu perro sigue comportándose igual que como se comportan sus ancestros los lobos y los perros salvajes, y con esto nos referimos a la necesidad de establecer una jerarquía para hacer que su manada (llámese ahora su familia humana) funcione adecuadamente.

     Un perrito tiene la necesidad innata de tener un líder, un "jefe" que marque las reglas de la casa. Cuando en su familia humana no hay jefes, cuando los dueños son demasiado consentidores, él se verá en la penosa necesidad de adoptar ese rol. La pregunta más importante es, ¿qué sucede si tu perro se convierte en el jefe de la casa? La respuesta es bastante simple: tu perro se vuelve impertinente y en algunas ocasiones peligroso para tu familia.



     Este tema es bastante delicado, ya que la mayoría de los dueños nos negamos a aceptar la cruda realidad. Cuando tenemos perros de talla pequeña, nos acostumbramos a que este nos gruña y muerda ocasionalmente, ya que por su tamaño, es incapaz de lastimarnos de gravedad. Siempre hay que tener en cuenta que un adulto puede soportar el ataque de un perro pequeño pero, ¿qué sucede con un niño? Los ataques de perros de talla pequeña a niños son bastante frecuentes, y los dueños casi siempre regañan al niño, enseñándole de esta manera al perrito que es él quien tiene la razón, y reforzando las conductas agresivas.

     Tenemos por otro lado el caso de los perros grandes. La mayoría de nosotros sentimos temor de que un perro grande nos muerda, y en muchas ocasiones, cuando el perro presenta alguna conducta agresiva, lo reprendemos de tal forma, que él se da cuenta que ha hecho mal, y no lo repite.

     Cuando se tiene un nuevo cachorro en casa, puede ser más fácil corregir las conductas negativas, como los gruñidos si acariciamos al perro mientras come, o cuando se acerca la hora del baño. En un perro adulto, es posible corregir el problema siempre y cuando seamos capaces de comunicarnos con él, y le dediquemos el tiempo necesario para aplicar nuevas reglas. El entrenamiento puede ser útil en estos casos, ya que durante el mismo se le enseña al perro a obedecer cuando se le dice "NO", pero igualmente, de nada sirve un entrenamiento si no dedicamos el tiempo para aplicarlo.

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